historia de la iglesia de orosi
Alrededor del año 1743 se establece convento franciscano de Orosi junto al pequeño Templo de adobe y cañabrava, y desde ahí se comienza a construir una comunidad y su historia. Es así como en el corazón de un valle rodeado de recursos naturales apto para los asentamientos humanos dada la riqueza hídrica y tierras fértiles, es que podrá encontrarse una “perla blanca” que le invita a reflexionar del pasado y pensar en el futuro.
El valle de Orosi se ubica en el tercer distrito del cantón de Paraíso, provincia de Cartago a 40 Km. de la capital de Costa Rica. Cuenta la historia que previo a la conquista habitaban los indígenas huetares, durante el periodo de la colonización su población se traslada. a Ujarrás, y cuando se presentan las sublevaciones de los indígenas Cabécar en Talamanca un grupo de estos sale de las montañas del atlántico y llegan al Valle de Orosi acompañados de los religiosos franciscanos. Los frailes e indígenas construyen el Templo y convento, que no solo es lugar de catequesis para la doctrina cristiana sino espacio de formación en oficios diversos (carpintería, herrería, tejido, música, clases de español) y comienza a construir la ciudad con sus cuadrantes y calles tomando como centro el Templo.
La estructura del Templo está construida de manera que el altar mayor ve hacia oriente, en la costumbre cristiana la mayoría de los Templos su puerta principal mira al oeste. Según la tradición, el Templo fue edificado en dos ocasiones, pero era derivado, en la tercera ocasión que construye a la inversa de tal manera que el patrono, San José, desde el Altar Mayor, pueda velar por su puebloCabécar en las montañas de Talamanca.
El Templo consta de tres naves, una principal que lleva al altar mayor, y dos laterales que culminan con los santos franciscanos San Antonio de Padua y San Francisco de Asís, en la parte sur se ubican dos capillas, la bautismal y la capilla de las ánimas donde se encuentran las imágenes del triduo sacro en semana santa; al costado norte se ubica con forma de “L” el convento franciscano (hoy museo de arte religioso colonial). Toda la edificación está encalada protegiendo las paredes gruesas de adobe y caña brava, el piso en lozas de barro y un entejado a dos aguas, lo cual le da una identidad humilde propio de la esencia franciscana. En la parte norte se destaca la torre desde la cual sus campanas llaman al pueblo al encuentro de la Palabra y la Eucaristía cada día.
Dada la trascendencia histórica en 1920 el Gobierno de la República lo declara Monumento Nacional, por el paso de los años se realizan algunas intervenciones pero que no modifican su estructura base, y en 1985 se ratifica la declaratoria de Monumento para dar paso con la nueva legislación nacional a que en 1996 sea declarado Patrimonio Histórico Arquitectónico.
En la actualidad, cada mañana el Templo colonial permite a los locales y extranjeros gustar de la celebración eucarística, los fines de semana con la celebración de los sacramentos del bautizo y matrimonio, y lugar para algunos eventos de extensión cultural. El antiguo convento es desde 1980 un museo que en cinco salas resguarda colecciones únicas de la historia religiosa colonial costarricense, compuesta de imágenes, cuados, vasos sagrados, vestiduras, leccionarios y muebles de la época colonial, elaborados por los indígenas y las obras de arte provenientes de México y Guatemala principalmente.
El Templo no está solo, sino que forma parte de un ecosistema cultural – natural, forma parte de la oferta turística de la región, de ya que en sus alrededores se ubica el Parque Nacional Macizo Cerro de la Muerte Tapantí, las Ruinas de Ujarrás, el Jardín Botánico Lánkaster, y la actividad productiva del país con el suministro de energía hidroeléctrica en Rio Macho y la represa de Cahí, así como con el abastecimiento de agua potable a gran parte del Valle Central.
Historia del altar mayor de la iglesia colonial de orosi
Cuando llegan los franciscanos se erige en 1753 la Parroquia de Orosi bajo el Patronazgo de San José, cuya fiesta se celebra cada 19 de marzo. Lo anterior, por cuanto en la nave central del Templo mirando al este encontramos a San José, el esposo de la Virgen María y padre adoptivo de Jesús Nazareno, que la tradición en Orosi le llama San José Cabécar.
¿Por qué San José Cabécar?
La imagen de san José fue llevada al territorio de Alta Talamanca por los frailes franciscanos Antonio Margil de Jesús y Melchor López quienes ingresaron al territorio indígena en el año de 1689. En el corazón de Alta Talamanca se levantó la primera iglesia en honor a san José, en torno a él los indígenas cabécares fueron evangelizados por los misioneros franciscanos. Luego de la rebelión organizada por los indígenas en el año de 1709 los franciscanos salen de estas tierras, llevándose la imagen de san José, junto a un grupo de indígenas, atravesando la cordillera por la cordillera del Chirripó, hasta que en el año de 1743 se asientan definitivamente en el valle de Orosi. Por ello, con el paso del tiempo la imagen ha recibido el título de san José Cabécar como recuerdo de que, desde Orosi con sus ojos velados por el tiempo protege a dos pueblos que se mantienen unidos por una historia común que ha trascendido los tres siglos.
Fuente: Prado, Eladio (1925). La Orden Franciscana en Costa Rica. Pág. 151-153. Cartago, Costa Rica: EL Heraldo.
Detalles del Altar
En un hermoso retablo el altar mayor alberga la imagen de San José, bajo él se encuentra el sagrario en el cual se resguardan las hostias consagradas del Cuerpo de Cristo, la puerta del sagrario contiene la imagen de Jesús el buen pastor con sus obejas. En cada costado un retablo de los santos franciscanos Antonio de Padua y Francisco de Asís y en la parte superior un arco que protege un crucifijo de madera. En el altar se ubica la mesa del sacrificio que en sus detalles de tres coronas hacen alusión a la Santísima Trinidad y dos candelabros con ángeles tallados, todo en madera de cedro.
El retablo principal del altar es elaborado en madera de cedro bajo el estilo “barroco popular” donde resaltan los detalles visuales cercanos a la flora y la fauna, donde no hay espacio para nada más; esto es una característica del Barroco popular, el o horror al vació, donde para evitar ello se trataba de llenar todo el espacio con elementos decorativos. Y es así como en el altar mayor se identifican columnas salomónicas, columnas con aves como colibrís, plantas de moras y el maíz, que son elementos decorativos y a la vez catequéticos para asociar la tradición indígena con el culto católico. Finalmente, en la parte inferior del altar se ubica un retablo decorado con el anagrama en latín del nombre de José (Ioseph) con la varita y con la estrella de David.
Procedencia: Desconocida
Autor: Anónimo
Siglo: XVIII
Descripción:
Santo de la Orden Franciscana, de origen portugués del Siglo XIII, que se caracterizó por sus predicaciones a las personas más humildes.
Procedencia: Desconocida
Autor: Anónimo
Siglo: XVIII
Descripción:
Patrono de la Orden Franciscana. Santo italiano del Siglo XIII, que se caracterizó por ayudar a los pobres, por su santa pobreza, y amor a todas las criaturas , en especial a los animales
Procedencia: Guatemala
Autor: Anónimo
Siglo: XVII
Medidas de la cruz: 1.90 x 1.25 m.
Medidas del Cristo: 1.35m Descripción:
Imagen tallada en madera de cedro, con brazos movibles. Utilizada los Viernes Santos en el calvario